La Virgen de Guadalupe en Conquista del Viejo Mundo
  NOVENAS: Novedad Oración a Santa Rita hoy dia 22 de mayo que se celebra
 


Novenas
Novena a la Santísima
Virgen de Guadalupe




Celebración a la Stma. Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre 2009, en la Catedral de Tarragona, España.


Una novena se compone de una oración diaria, misma que contiene algunos datos de la biografía del Santo o Santa a quien se dirige la novena; aparte de las oraciones conocidas como el Padre nuestro, el Ave María, el Gloria; algunas veces el Credo y otras oraciones; la oración final, jaculatorias, coros, peticiones, etc. Hasta llegar al día 9º.

Abriremos la novena con la de la Virgen de Guadalupe:


ACTO DE CONTRICIÓN

¡Oh Jesús y Señor mío! Cuan grande es mi ceguedad pues después de revelarme que hay un infierno eterno, no he temido de tu justicia. Cual monstruosa es mi locura, pues sabiendo que con pecar te tengo a ti por enemigo, me he atrevido a cometer mil veces el pecado, a vivir años enteros sin darle cuidado alguno a tu infinito amor.

Merecía, Oh Señor mío, merecía justamente que ejecutases tu sentencia que con tanta paciencia haz diferido: lo merecía, es verdad, mas vos has querido vencer mi malicia con tu bondad; tu misericordia, ha superado mi iniquidad: ya me doy por vencido de tu amor pues me has buscado cuando huía de Ti. Como he de temer que ahora me arrojes de tus pies, ahora que te busco arrepentido.

 

¡Oh dulcísimo Jesús, con toda el alma detesto, abomino y aborrezco el pecado, sólo porque lo aborreces Tú a quien amo con todo mi corazón, a quien deseo agradecer y acompañar por toda la eternidad! Amén.
Luego se dirá la oración siguiente, la cual se ha de repetir todos los días de la novena.

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA

¡Oh Santísima Señora Reina del Cielo y la Tierra!

Cuando yo levanto los ojos al trono de tu grandeza te contemplo, la mayor de todas las criaturas y sólo menor que Nuestro Creador ¿Cómo es posible que me atreva a llamarte Madre? Pero así es Señora, tú que eres Madre de Dios, me has dicho que también eres Madre Mía. Así se lo dijiste que desde tu templo del Tepeyac te mostrarías Madre amorosa y tierna de cuantos buscasen y solicitasen  tu amparo.

Pero no sólo esto es lo más; lo más que es, que en esto no hiciste otra cosa que conformarte gustosa con la voluntad de tu divino Hijo, Jesús, quien olvidado de las penas atrocísimas que estaba padeciendo en la cruz y entre sus mortales agonías, te encargó que me mirases como hijo. No lo merezco Señora, no merezco ser hijo tuyo, pero tú has querido ser Madre Mía. No he sabido desempeñar el título de hijo; pero no por eso dejas Tú de desempeñar el título de Madre, nuestra que eres Madre, nuestra Madre, no atendiendo mis maldades, sino a las entrañas de piedad y misericordia de que te dotó el Altísimo, cuando te hizo abogada de los pecadores.

Deseo portarme como hijo tuyo pero no podré poner en práctica mis deseos si no me alcanzas de Dios un aborrecimiento firme al pecado mortal que es lo que me hace indigno de tu Amor, Amén.
Récense cuatro salves en memoria de las cuatro apariciones, y luego se reza la oración del día.


PRIMER DÍA 

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Esa corona con que ciñes tus sagradas sienes, pública que eres Reina del Universo. Lo eres, Señora, pues como hija, como Madre y como Esposa del Altísimo tienes un poder y un justísimo derecho sobre todas las criaturas. Siendo esto así, yo también soy tuyo, yo también pertenezco a Ti por mil títulos; pero no me contento con ser tuyo sólo de esta manera, quiero ser tuyo por otro título más; esto es, por la elección de mi voluntad Veme aquí pues, postrado delante de tu trono te elijo por mi Reina y mi Señora, y por éste motivo quiero someterme al señorío y dominio amoroso que tienes sobre mí; quiero depender de Ti, y quiero que los designios que tiene de mi Providencia Divina pasen por tus manos. Dispón de mí como mejor te agrade; los sucesos, logros, fracasos y demás pruebas de mi vida, quiero que todos corran por tu cuenta.  Confío de tu benignidad, que todos se enderezarán al bien de mi  alma y honra, Gloria de Nuestro Señor que tanto se complace en que todo el mundo te reconozca por su Reina. Amén.


SEGUNDO DÍA  

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Que bien se conoce que eres abogada nuestra en el tribunal de Dios, pues esas hermosísimas manos que jamás dejan de bendecirnos, las juntas ahora en el pecho en ademán de quien suplica y ruega, dándonos con esto a entender, que desde el trono de la gloria en donde asistes como Reina de los ángeles y hombres, haces también el oficio de abogada, rogando e intercediendo a favor nuestro. ¿Con qué afecto de reconocimiento y gratitud podré pagar tanta fineza?

Pero no habiendo en todo mi corazón suficiente caudal para pagarlo, a Ti recurro para que me enriquezcas  con los dones preciosos de una caridad ardiente y fervorosa, y de una humildad profunda, y de una obediencia pronta al Señor. Aumenta tus súplicas, multiplica tus riesgos y no ceses de pedir al Todo Poderoso me haga suyo, y me conceda ir a darte las gracias por el feliz éxito de tu amorosa meditación en la gloria. Amén.


TERCER DÍA  

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¡Qué puedo creer al verte cercada por los rayos del Sol, sino que estas tan íntimamente unida al sol de la divinidad, que no hay en Ti cosa alguna que no sea luz, que no sea gracia, que no sea Santidad! ¡Que puedo creer si no que estás sumergida en el piélago de las divinas perfecciones y atributos y que Dios te tiene siempre en su corazón. Sea para bien, Señora, tan alta felicidad. Yo, entre tanto, arrebatado del gozo que ella me causa, me presento delante de tu trono y te suplico te dignes a enviar uno de tus ardientes rayos hacia mi corazón; ilumina con su luz mi entendimiento; enciende con su luz mi voluntad; haz que acabe yo de persuadirme de que vivo engañado todo el tiempo! Sino no lo empleo en amar a Dios sobre todas las cosas, amarte a Ti mi querida Madre y a tus hijos mis hermanos; haz que acabe de persuadirme de que me engaño miserablemente cuando amo a las criaturas más que a mi Dios y cuando no demuestro con mis obras ese amor, amándote a Ti y a mis prójimos. Amén.


CUARTO DÍA  

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Si un ángel del cielo tiene por honra tan grande suya estar a tus pies que en prueba de su gozo abre los brazos y extiende las alas para formar con ellas un escaño a tu trono. ¿Qué deberé yo hacer para manifestar mi veneración a Ti Madre Mía sino ofrecerte, no ya la cabeza, ni los brazos sino el corazón, y mi alma para que santificándola con tus delicadas plantas se haga trono digno de tu reinado?

Dígnate, Señora, admitir este obsequio no tiene mérito pues grande es mi miseria y mi pobreza, pero me atengo a tu amor y bondad. Te abro mi corazón y verás que no lo mueve otra cosa sino el deseo de ser tuyo y el temor de ofrecer tu Divino Hijo. Forma un tronco en mi corazón y ya no envilecerá dándole entrada a la culpa y haciéndose esclavo del demonio. Haz que no vivan en el sino en Jesús y María. Amén.


QUINTO DÍA 

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¿Qué otro vestido le correspondía a quien en un cielo por hermosura, sino un toldo de estrellas? ¿Con qué podría adornarse una belleza tan celestial sino con los brillos de unas virtudes tan lúcidas y tan resplandecientes como las tuyas? Bendita mil veces la mano de aquel Dios, que supo unir en Ti hermosura tan peregrina, con pureza tan realzada, y gala tan brillante y rica, con humildad tan apacible. Yo quedo, Señora, absorto de tu hermosura tan amable y quisiera que mis ojos se fijaran siempre en Ti para que mi corazón no se dejara arrastrar de otro afecto que no fuera tu maternal amor.

No podré lograr este deseo, si esos resplandecientes astros de que estás adornada, no infunden en mí una ardiente y fervorosa caridad, con que ame con todo mi corazón y con todas mis fuerzas a Dios, y después de Dios a Ti mi Madre, mi Reina, mi Señora, a quien todos queremos amar filialmente. Amén.


SEXTO DÍA  

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¡Qué bien dice a tu realeza ese tapete que la luna forma a tus sagradas plantas! ¡Hallaste con tu vida invicta planta las vanidades del mundo! Y quedando superior a todo lo creado, jamás padeciste el menguante de la más ligera imperfección. Desde el primer instante de tu concepción estuviste llena de gracias. Miserable de mí, Señora, que no sabiéndose mantener en los propósitos que hago, no tengo estabilidad en la virtud, y sólo soy constante en mis viciosas costumbres.

Duélete de mí, Madre amorosa y Tierna, ya que soy muy inconstante en el bien y la virtud, sea como la luna que está a tus pies; esto es, firme siempre en tu devoción y amor para no padecer los menguantes del pecado. Haz que yo esté siempre a tus plantas por el amor y devoción, y ya que no temeré los menguantes del pecado, sino que procuraré darme de lleno a mis obligaciones detestando de corazón todo lo que es ofensa a Dios. Amén.


SÉPTIMO DÍA 

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Nada veo en éste hermosísimo retrato, que no me lleve a conocer las altas perfecciones de que dotó el Señor a tu alma, Inocentísima. Este lienzo grosero y despreciable; ese pobre, pero feliz ayate en que se ve estampada tu singular belleza, dan claro a conocer la profundísima humildad que manifiesta tu fino y delicado rostro espejo de asombrosa Santidad.

No te desdeñaste de tomar la tilma pobre de Juan Diego, para que el Señor estámpese en ella tu rostro que es canto de los ángeles, hechizo de los hombres y admiración de todo el universo. Pues ¿Cómo no he de esperar yo de tu benignidad que la pobreza y la miseria de mi alma no sea obstáculo para que estampes en ella tu imagen graciosísima? Yo te lo pido, Señora, y para esto te ofrezco mi corazón como si fuera un ayate. Tómalo Señora en tus manos y no dejes jamás, pues mi deseo es que no se emplee en otra cosa que en amarte y amar a Dios. Amén.


OCTAVO DÍA 

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¡Que misteriosa y que acertada anduvo la mano del Artífice Supremo, bordando tu vestido con esa orla de oro finísimo que le sirve de guarnición aludió sin duda a aquel finísimo oro de caridad y del amor de Dios con que fueron enriquecidas tus apariciones! ¿Y quién duda, Señora, que sea tu encendida caridad y amor? A Dios estuvo siempre acompañada del amor al prójimo, pues aunque eres nuestra Emperatriz y Reina no te haz olvidado de nosotros. Are tu inmaculado corazón lleno de amor a quien es tan miserable, dale la mano a quien caído te invoca para levantarse. Permíteme, Señora, recordar lo que tú misma dijiste a Juan Diego ¿Qué no estas en mi regazo y corres por mi cuenta? Por eso acudo a tu compasión y misericordia maternal. Amén.


NOVENO DÍA     

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¡Qué cosa no podrá tu poder de intercesión, cuando tu divino Hijo multiplica por tu medio prodigios admirables! Ni la tosquedad ni lo burdo del ayate fueron obstáculos para estampar en él milagrosamente tu bendita imagen.

Ni la voracidad del tiempo, en más de cuatro siglos, ha podido dejar en ella su huella, ni ha podido desalentar tan poco la fe de tus hijos y por eso, una vez más queremos suplicarte que abras tu corazón maternal y acordándote del amplio poder de interseción que te dio el Señor para favorecer a los mortales, te dignes pedirle que estampes en nuestros corazones su divina imagen que nuestras culpas han borrado. Que tu piedad y misericordia supera la maldad de nuestras perversas costumbres, dígnate mirarnos, y con esto alentaremos nuestra miseria, nuestra única esperanza, después de Jesús, eres Tú Bendita Madre. Amén.

Fuente: http://www.virgendeguadalupe.org.mx/Oraciones.htm

 

ORACIÓN DE JUAN PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE





¡Oh Virgen Inmaculada

Madre del verdadero Dios y madre de la Iglesia!

Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia; no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el pueblo de Dios y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares la gracia de amar y respetar la vida que comienza en el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios.

Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, a los matrimonios para que esten siempre unidos y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Ël, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego al alma.

Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos que son como las huellas que tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo nos dejó en la Tierra.

Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que viene de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén


A continuación es un honor presentar a través de este medio a Santa Rita de Casia a quienes no conocen a tan poderosa, milagrosa y bondadosa santa.


 

Santa Rita cuando nació sus padres ya eran mayores; en aquella época los hijos eran muy obedientes; Santa Rita no era la excepción. Cuando Santa Rita aún era adolescente, sus padres la obligaron a casarse con un hombre llamado Paolo Manzini; a pesar de haber expresado a sus padres su deseo de ser monja y consagrarse a Dios.

 

Paolo era un hombre rudo, de mal carácter; por lo que la vida matrimonial para Santa Rita no fue nada fácil; Paolo era malhumorado y hacía presa de su mal humor y malos tratos a Santa Rita y ella le correspondía con actos de bondad, amor, ternura; Santa Rita se refugiaba en la oración.

 

 

De ese matrimonio nacieron 2 hijos mellizos: Jacopo y Paolo. Gracias a las plegarias de Santa Rita, su amor, su dedicación y ternura Paolo cambió y dejó de ser el esposo malhumorado que la trataba mal; ella lo convirtió al catolicismo; ella le perdonó todo el sufrimiento que padeció. Un día Paolo que trabajaba como sereno en la aldea de Roca no llegó a casa; él tenía enemigos y se comentaba que lo habían asesinado en una riña.

 

 

Los hijos de Santa Rita querían vengar la muerte de su padre; ella intentaba persuadirlos, pero ellos parecía que sólo encontrarían consuelo si vengaban la muerte de su padre, Santa Rita no dudó en pedirle a Dios que se los llevara, que no permitiera que perdieran su alma con la mancha de la venganza.

 

 

Al estar libre de matrimonio Santa Rita y haber logrado la conversión de su difunto esposo; solicitó que la admitieran en el convento Agustino de Santa María Magdalena de la orden de San Agustín; pese a su insistencia no fue aceptada porque ella ya había sido casada y las monjas tenían que ser vírgenes. Sin embargo para Santa Rita esto no era un impedimento; ella amaba a Dios y deseaba con todo su corazón servirle; ella insistió, insistió e insistió; y para ser aceptada en aquella congregación le pusieron la condición que se reconciliara con la familia de los que asesinaron a su esposo.

 

 

Santa Rita se dio a la tarea de búsqueda de esas personas pero no los encontró; un año después sus hijos también murieron; ella con el dolor, llena de llanto, pero consolada por nuestro Señor; expresó que así como habían nacido al mismo tiempo, Dios se los llevaba al mismo tiempo de muerte natural, que el Señor había escuchado sus plegarias para que sus hijos no vengaran la muerte de su padre y sus almas quedaran manchadas.  Antes de morir, Paolo y Jacopo pidieron perdón a su madre por toda la serie de problemas que le habían dado; se reconciliaron con nuestro Señor y con ella; Santa Rita los preparó para encontrarse con Cristo el tiempo que duró la enfermedad de sus hijos.

 

 

Santa Rita ya sola, una madrugada apareció dentro del monasterio al que ella deseaba ingresar; el monasterio era muy seguro, de altas paredes y de fuertes cerraduras; fue descubierta y ella comentó que había sido transportada por el aire por el propio San Agustín; creador de la orden del monasterio.

 

 

Santa Rita ya tenía 36 años cuando se cumplió el milagro y fue aceptada; recibió los hábitos de monja. Su devoción era admirable, se entregó a la oración y a las penitencias más difíciles

 

 

Corría el año 1428, cuando una madrugada Santa Rita apareció con una larga astilla de madera clavada en su frente; Santa Rita comentó que la astilla de había aparecido por si misma; las monjas dedujeron que era un estigma divino; la marca de la corona de espinas que nuestro Señor Jesucristo tenía en la cruz.

 

 

Con mucho dolor a Santa Rita le quitaron la astilla y la guardaron como reliquia sagrada; sin embargo cada madrugada el estigma se volvía abrir hasta que empezó a emitir un olor desagradable. Este acontecimiento milagroso pero doloroso se mantuvo por el resto de la vida de Santa Rita, al tiempo que ella oraba: Oh amado Jesús, aumenta mi Fe y mi paciencia a medida que aumentan mis sufrimientos.

 

 

Era ya el año 1453 cuando Santa Rita se enfermó gravemente; desde entonces las monjas la atendían; la herida de su frente se fue cerrando poco a poco, pero Santa Rita pasó los últimos cuatro años de su vida con infecciones en la sangre.

 

 

La rosa es uno de los símbolos que identifica mucho a Santa Rita; ella relataba cuando ya era mayor que su esposo le prohibía que ella le diera de comer a los pobres y que un día que salía de su casa con un pan bajo su ropa; Manzini la detuvo para ver que llevaba bajo la ropa, y el pan se había transformado en rosas. Un lindo milagro, no?

 

 

Un día la visió su prima de la aldea Rocca Porena; ella le preguntó si había algo que pudiera hacer por ella; Santa Rita le contestó que deseaba una rosa del jardín del convento; era pleno invierno; su prima pensó que sería muy difícil por no decir imposible encontrar rosas; pero al llegar al jardín del convento se llevó una sorpresa cuando encontró un botón de rosa; se lo llevó a Santa Rita; la rosa era una prueba del amor de Cristo hacia Santa Rita y el poder de la intercesión de Santa Rita en casos difíciles, imposibles y desesperados.

 

 

Santa Rita falleció en el convento donde sirvió a Cristo, el día 22 de mayo de 1457, a la edad de 76 años; los aldeanos acudieron al convento para expresar su admiración; y para su sorpresa, el cuerpo de Santa Rita emitía un aroma dulce; su cuerpo se conserva actualmente en buenas condiciones; su fama por los milagros que Dios concede por su intercesión son curaciones milagrosas, personas que se convierten; y es una magnífica patrona para las madres, especialmente para las madres viudas y madres solteras; ella es una buena amiga y compañera.

 

 

Ahora si aquí tienen la novena:

 

 

Santa Rita de Casia

Abogada de los casos imposibles y desesperados

Su fiesta: 22 de mayo


 

Oración Preparatoria:

 

 

-                   Oh Dios de infinita misericordia, que disponiéndolo todo con admirable providencia, has puesto en tu Iglesia a los Santos para que fuesen modelo constante de todas las virtudes cristianas; y que, llevándolos a la gloria, los habéis constituido en abogados y protectores nuestros; escuchad propicio los ruegos de tu Sierva Rita, colocada en el mundo como ejemplar digno de ser imitado en los diferentes estados de la vida cristiana, y concédenos por sus méritos e intercesión que mediante el auxilio de tu divina gracia podamos cada uno cumplir fielmente  con las obligaciones de nuestro estado, para que nos hagamos dignos de obtener por su mediación lo que confiados pedimos en esta Novena, si ha de ser para gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén

 

 

Día I.

Oración: - Gloriosa Santa Rita, bien pronto quiso el Señorear a conocer la innata dulzura y bondad de tu carácter, significado en aquel panal de miel que labraron en tu boca, cuando eras muy niña, aquellas misteriosas abejas. Alcanzadnos del Señor la gracia de tratar siempre a nuestro prójimo con benignidad y cariño, siendo indulgentes y sufridos con todos. Amén.

 

 

Recemos ahora 4 Padres nuestros, Ave Marías y Glorias, en obsequio de los 4 estados de vida santificados por Santa Rita, y a continuación pidamos a Dios, con toda fe y confianza, por intercesión de Santa Rita, la gracia que nos proponemos conseguir en esta Novena (Hágase esto todos los días).

 

 

Oración Final: - Oh Dios Omnipotente, que te dignaste conceder a Santa Rita tanta gracia, a fin de que amase a sus enemigos y llevase impresa en su corazón y en su frente la señal de tu Pasión; te suplicamos Señor, nos concedas por su intercesión y méritos, que de tal manera perdonemos a nuestros enemigos y consideremos los dolores de tu Pasión, que seamos dignos de la recompensa eterna, que has prometido a los humildes y piadosos Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

 

 

(Hágase esto todos los días del Novenario)

 

 

Día II.

Oración: - Bienaventurada Santa Rita! Tú tuviste la dicha de nacer de padres temerosos de Dios, los cuales cuidaron con diligencia de tu educación profundamente cristiana, alcanzad del Señor que los padres de familia comprendan cuanto importa que sus hijos reciban educación cristiana y quieran con prudencia y energía refrenar sus desmanes y les hagan cumplir los preceptos de la moral cristiana. Amén.

 

 

Día III.

Oración: Rita dichosa, modelo de heroica obediencia, que por no contrariar la voluntad de tus padres, hiciste el mayor de los sacrificios accediendo a sus deseos de contraer matrimonio. Alcanzadnos por los méritos de tu heroica obediencia, que cumpliendo la voluntad de Dios merezcamos nos guíe por el camino que conduce a la vida eterna. Amén.

 

 

Día IV.

Oración: - Santa Rita, cuyo corazón permitió el Señor fuera atormentado por el carácter déspota y malhumorado de tu esposo consiguiendo con tu paciencia y mansedumbre, trocarle en manso cordero; alcanzad del cielo el que las atribuladas esposas, que se encuentran en semejante situación, reciban de Dios las luces y gracias necesarias, para saber tratar a sus maridos con mansedumbre y resignación cristiana, y así consigan la paz y tranquilidad familiar. Amén.

 

 

Día V.

Oración: - Santa Rita, cuya caridad con el prójimo llegó hasta el heroísmo de perdonar de corazón a los asesinos de tu esposo y conociendo la inclinación de tus hijos de vengar la muerte de su padre, no dudaste pedir al Señor se los llevara a la otra vida, antes de que sus almas quedaran manchadas con la culpa; alcanzadnos la gracia de ser siempre generosos en perdonar las ofensas de nuestros enemigos. Amén.

 

 

Día VI.

Oración: -  Santa Rita, llamada con razón abogada de imposibles; ante las dificultades y constantes negativas de las religiosas Agustinas para que fueses admitida en su compañía por ser viuda, acudiste al que todo lo puede y el Señor premió tu fe y confianza y satisfizo tus piadosísimos deseos, conduciéndote milagrosamente al interior del convento. Pedid al Señor nos conceda fortaleza y perseverancia para vencer las dificultades que encontremos en el camino del bien. Amén.

 

 

Día VII.

Oración: - Dichosa Santa Rita, que no cesabas de dar gracias al Señor por el singular beneficio de estar en el Convento, esmerándote en cumplir las obligaciones del nuevo estado, conseguid del Señor que seamos agradecidos a los beneficios recibidos, fieles y dóciles a las inspiraciones de la gracia y constantes y decididos en llevar a cabo los buenos propósitos. Amén.

 

 

Día VIII.

Oración: - Rita Bienaventurada, que meditando la pasión y muerte de nuestro amantísimo Jesús y mirando las espinas que atormentaban su cabeza, dispuso que una de ellas se desprendiese de su corona y se clavara en tu frente causándote intensísimo dolor; obtened del Señor que sepamos meditar con verdadera compunción la muerte y pasión de nuestro buen Jesús y llevar con paciencia los trabajos y amarguras de esta vida. Amén.

 

 

Día IX.

Oración: - Dichosa Santa Rita, que en tu última enfermedad fuiste consolada cuando Jesús y María, se te aparecieron y te hicieron saber que al cabo de tres días saldrías de este mundo para ir a gozar de la dicha eterna. Alcanzadnos  del Señor que en la hora de la muerte permanezcamos con la conciencia tranquila, y con la esperanza consoladora de que nos habremos de salvar y entrar en posesión de la bienaventuranza. Amén.

Oración a Santa Rita de Casia




 

Bajo el peso del dolor, a ti, Santa Rita de Casia, llamada la Santa de lo imposible, me dirijo con la confianza de ser escuchado (a).

Libra te ruego, mi corazón de las angustias que lo oprimen y devuelve la calma a mi espíritu lleno de penas.

Tú que fuiste elegida por Dios como abogada de los imposibles, alcánzame la gracia que ardientemente te pido (se pide la gracia que se desea conseguir por 
intercesión de Santa Rita de Casia)

Será posible que yo sólo no deba sentir la eficacia de tu poderoso auxilio? Si mis culpas son obstáculos al cumplimiento de mis deseos, obtenme de Dios la indulgencia y el perdón. No permitas que siga derramando lágrimas de amargura, premia mi firme esperanza y fe en ti, ahora  y siempre haré conocer tu gran misericordia para con los afligidos…

Oh esposa admirable del Señor! De quien tuviste el don de que una de sus dolorosísimas espinas en tu frente, ayúdame ahora y en la hora de mi muerte.

Amén

(3 Padres Nuestros, 3 Ave María, 3 Gloria)



San Charbel


 

 

Uno de los santos más conocidos y venerados es San Chárbel, sus milagros son tan sorprendentes, su rapidez es asombrosa al igual que la bondad, misericordia y fe que son unas de las cuantas virtudes que San Chárbel tiene, te recomiendo que conozcas su historia, y cuando tengas un problema, algo que te angustie, te pongas en sus manos, puedes estar segur@ de que no te fallara; tambien es muy eficaz visitarlo en las iglesias agustinas donde se le venera, escribir sobre un liston tu petición y para agradecerle llevarle otro liston color blanco.

A continuación puedes conocer un poco de el y alguna oración, y no te olvides de San Chárbel, hoy 8 de mayo es su celebración.

 

Breve Biografia de San Chárbel


Nació en el pueblo de Beqakafra, a 140km. del Líbano, capital libanesa, el 8 de mayo, de 1828.  Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, una piadosa familia campesina. Fue bautizado a los ocho días en la Iglesia de Ntra. Señora en su pueblo natal, recibiendo por nombre Yusef (José). A los tres años el padre de Yusef fue inscrito en el ejército turco en la guerra contra los egipcios y muere cuando regresaba a casa. Su madre se queda a cargo de la familia siendo gran ejemplo de virtud y fe. Pasado un tiempo, ella se casa de nuevo con un hombre devoto quien eventualmente será ordenado sacerdote (en el rito maronita, hombres casados son elegibles al sacerdocio).

Yusef ayudó a su padrastro en el ministerio sacerdotal.  Ya desde joven era ascético y de profunda oración. Yusef estudió en la pequeña escuela parroquial del pueblo.  A la edad de 14 años fue pastor de ovejas y aumenta su oración. Se retiraba con frecuencia a una cueva que descubrió cerca de los pastizales para adentrarse en horas de oración.  Por ello recibió muchas burlas de otros jóvenes pastores. Dos de sus tíos maternos eran ermitaños pertenecientes a la Orden Libanesa Maronita. Yusef acudía a ellos con frecuencia para aprender sobre la vida religiosa y el monacato en especial.

Vocación

A los 20 años de edad, Yusef es el sostén de su casa. Es el tiempo de contraer matrimonio pero el se siente llamado a otra vida.  Después de tres años de espera, escuchó la voz del Señor: "Deja todo, ven y sígueme".  Así, una mañana del año 1851 se dirige al convento de Ntra. Señora de Mayfouq, donde fue recibido como postulante. Al entrar en el noviciado renuncia a su nombre bautismal y escoge como nombre de consagración: Chárbel. 

Un tiempo mas tarde lo envían al Convento de Annaya, en donde profesó los votos perpetuos como monje en 1853.  Lo enviaron inmediatamente al Monasterio de San Cypriano de Kfifen, donde realizó sus estudios de filosofía y teología, llevando una vida ejemplar de obediencia y observancia.  Fue ordenado sacerdote el 23 de julio, de 1859 por Mons. José al Marid, bajo el patriarcado de Paulo Massad. Al poco tiempo regresó al Monasterio de Annaya por orden de sus superiores. Ahí pasó muchos años de vida ejemplar de oración y apostolado.  Entre estos, el cuidado de los enfermos, el pastoreo de almas y el trabajo manual en cosas muy humildes.

Ermitaño

Chárbel recibió autorización para la vida ermitaña el 13 de febrero, de 1875. Desde ese momento hasta su muerte, ocurrida en la ermita de los Santos Pedro y Pablo, la víspera de la Navidad del año 1898, se dedicó a la oración (rezaba 7 veces al día la Liturgia de las Horas), la ascesis, la penitencia y el trabajo manual.  Comía una vez al día y llevaba silicio.

 

Muerte

 

El padre Chárbel alcanzó la celebridad después de su muerte. Dios quiso señalar a este santo por numerosos prodigios: Su cuerpo se mantiene incorrupto y suda sangre, ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. El pueblo lo veneraba como santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto

 

Beatificación y Canonización

Dado al constante culto del pueblo, el Padre Superior General Ignacio Dagher solicitó al Papa Pío XI en 1925, la apertura del proceso de beatificación del P. Chárbel.   Fue beatificado durante la clausura del Concilio Vaticano II, el 5 de diciembre, de 1965 por el Papa Pablo VI.  El Papa dijo: "Un ermitaño de la montaña libanesa está inscrito en el número de los Bienaventurados... Un nuevo miembro de santidad monástica enriquece con su ejemplo y con su intercesión a todo el pueblo cristiano. El puede hacernos entender, en un mundo fascinado por las comodidades y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y del ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios".

El 9 de octubre de 1977, durante el Sínodo Mundial de Obispos, el Papa canonizó al P. Chárbel con la siguiente proclama: "En honor de la Santa e Individua Trinidad, para la exaltación de la fe católica y promoción de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, después de madura deliberación y tras implorar intensamente la ayuda divina... decretamos y definimos que el beato Chárbel Majluf es SANTO, y lo inscribimos en el catálogo de los santos, estableciendo que sea venerado como santo con piadosa devoción en toda la Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo."

 

 

Oración a San Charbel


Bendito y Poderoso Señor, tu que eres Rey y te sientas sobre querubines, te damos gracias por Jesús tu hijo, que nos abrió el camino a tu presencia y te damos gracias por el Espíritu Santo que Santifica a la Iglesia . Hoy en particular te queremos dar gracias por San Chárbel Makhluf, gracias Señor por haber levantado este testimonio de tu poder en las hermosas montañas del Líbano. Te pedimos que bendigas a la Iglesia Maronita y a todas las Iglesias que viven su vida cristiana en los países Árabes, que sean lumbreras de caridad y santidad para toda la Iglesia. Te pedimos Padre amado que nos hagas como San Chárbel, que nos des un espíritu de humildad para poder encontrarte en las cosas sencillas, que nos des un espíritu de obediencia para vivir en Santidad, que nos des un espíritu de alabanza y oración para encontrar la paz.

 

Por el amor que le profesas a San Chárbel te pedimos que mires con ojos de misericordia lo que hoy traigo en mi corazón y que ahora pongo en tu presencia_____________________ Si es para mi bien y si se ajusta a tu voluntad hazlo realidad en mi vida yo a cambio prometo dar testimonio de tu providencia y hablar a los demás de lo que hiciste en la vida de tu Siervo San Chárbel. Todo esto que esta en mi corazón junto a las oraciones intercesora de San Chárbel las pongo en manos de Jesús, Señor de la historia y de la Iglesia en acción de Gracias y súplicas. Amén

Fuente: esta oración fue tomada de la siguiente web:  http://www.apologeticasiloe.com/Oraciones/San%20Charbel.htm

 

Otra Oración para lograr favores de San Chárbel:

 

¡Oh! Santo Venerado. Tú, que pasaste tú vida en la soledad, en una ermita humilde y retirada. Que no pensaste en el mundo ni en sus goces. Que ahora estas sentado a la diestra de Dios Padre. Te pedimos que intercedas por nosotros, para que El nos extienda su bendita mano y nos socorra. Ilumine nuestra mente. Aumente nuestra fé. Fortifique nuestra voluntad para proseguir nuestras oraciones y súplicas ante ti y todos los santos.

¡Oh Santo Chárbel! Que por tú poderosa intercesión, Dios Padre hace milagros y realiza prodigios sobrenaturales. Que cura a los enfermos y devuelve la razón a los perturbados. Que devuelve la vista a los ciegos y el movimiento a los paralíticos.

Dios Padre Todopoderoso, míranos con piedad, otórganos las gracias que te imploramos, por la poderosa intercesión de San Chárbel, (Aquí hacer la(s) petición(es) ...) y ayúdanos para hacer el bien y evitar el mal.

 

Pedimos tú intercesión en todos los momentos, sobre todo en la hora de nuestra muerte, Amén.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria...)

 

San Chárbel ruega por nosotros, Amén.

 

 

Fuente de la imagen: www.saintcharbel-annaya.com

 

(Con Licencia Eclesiástica)

 

 

 
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