Que difícil me resulta escribir palabras que verdaderamente expresen el amor de Nuestra madre la Santísima Virgen de Guadalupe en estos tiempos en los que la esperanza y la fe se han debilitado en muchos y en otros quizá hayan desaparecido, otros quizá no han experimentado ni la fe ni la esperanza en Dios porque su fuerza no es Dios, porque han elegido el poder y el dinero
Resulta difícil describir los sentimientos propios y de nuestros semejantes porque hay una grande combinación de miedo, temor, desesperanza, dolor, desamparo, remordimientos, etc.
Quizá si nos regresamos un poco, al diciembre del año 2019, el 12 de diciembre, les relataré brevemente previo a la gran celebración a la Santísima Virgen de Guadalupe
Previamente a la celebración, a finales de noviembre, buscaba por medios informáticos, redes, etc., imágenes de la Santísima Virgen, a diferencia de otros años esta vez, “algo” me motivaba a buscar su divino rostro; veía imágenes en que necesitábamos ver sus ojos misericordiosos, buscar su mirada compasiva, “algo” me decía que íbamos a necesitar esa compasiva y maternal mirada
Encontré la imagen y la imprimimos para que el día de la Gran Celebración la repartiéramos entre los fieles así como cada año, pero algo en mi interior me decía que había “algo” diferente en esta Celebración, sentía que “algo” iba a cambiar pero no sabía que, sólo sentía angustia y la necesidad de mirar los ojos compasivos de nuestra madre
La Gran Celebración fue fantástica porque los mariachis participaron con tanto amor en sus canciones, los fieles eran más que en el año anterior o eso me parece recordar, todos íbamos con mucha fe, hubo mas cantantes que el año anterior y eso creó un ambiente más animado
Llegaron las felices fiestas navideñas, muchos con nuestras ilusiones de que este nos regalara más unión familiar, empleo, formar una familia, reunirnos con los nuestros si no estamos todos juntos, tener un ascenso que nos permitiera pagar los gastos, etc., cada uno teníamos esperanza y fe en conseguir esos milagros
Aun recuerdo que le dije a mi hermana con temor: Espero que este año sea el inicio de algo bueno, porque cada año que llega es más difícil y peor que el anterior, hay mucha violencia, desempleo, desesperanza, hambre, falta de amor y solidaridad; cada año es como un juego en que los retos aumentan su dificultad
Ahora me disgusta haber expresado todo esto porque…
¡Tenemos tanto que agradecer al Señor! ¡A nuestra Madre Santísima La Virgen de Guadalupe!
¿Que nos quiere decir Dios en estos tiempos tan dolorosos y difíciles?
¿Es que acaso no nos damos cuenta?
Este año muchos hemos pasado más tiempo con Dios, hemos reflexionado, hemos convivido más con Dios y con los nuestros, quizá no todos porque no todos viven en la misma situación geográfica, pero con los más cercanos
Hay muchos que hemos tenido la oportunidad de acercarnos más a Dios, dialogar con Él, con la Santísima Virgen de Guadalupe que es nuestra madre
Hay muchos hogares donde hay dolor, donde no hay esperanza, y es esa oportunidad que Dios nos regala para prestarle más atención a nuestro prójimo, ayuda, auxilio
En verdad han habido días de mucho dolor porque lo que le pase a nuestro prójimo nos duele, qué podemos hacer por nuestro prójimo?
Llevemos amor, esperanza, fe a quien la necesita, nosotros somos representantes de Dios aquí en la Tierra, nosotros quienes creemos en Dios y amamos a la Santísima Virgen de Guadalupe
Nosotros tenemos hoy la oportunidad de salvar almas, llevemos amor, compartamos lo que tenemos, ayudemos, auxiliemos, no digo que poniendo en riesgo nuestra seguridad o la de los nuestros, pero encontremos la manera de prestar auxilio a quien lo necesite y con las posibilidades que tengamos, hoy nosotros somos los ojos, los oídos, las manos, el corazón, las piernas, el pan, el agua, el alimento, la cobija, la fe y la esperanza de Dios, nosotros somos hoy de quienes Dios puede servirse
Hermanos, aunque veamos que todo esta oscuro, no perdamos la fe, no permitamos que el desaliento nos controle ni nos domine, se vale sentir miedo pero no que nos controle, debemos ser esa fuerza que nuestros hermanos en Cristo necesitan, alentemos, motivemos a que nadie, pero nadie pierda la fe, no participemos en hacer leña del árbol caído, más bien extendamos nuestra mano para levantar a nuestros hermanos que el dolor, la pena, la desesperanza ha derrumbado
Demostremos a Dios que somos sus siervos e hijos dignos, honremos a nuestra Madre haciendo el bien todo el tiempo
Hermanos, celebremos esta hermosa fecha con mucha fe, reiteremos a la Santísima Virgen que no hay nada ni nadie que pueda apartarnos de ella ni de Dios, que aquí seguimos y que queremos que se sirvan de nosotros para esparcir bondad, bien y compartir nuestras bendiciones
Mis plegarias por todos ustedes hermanos para que Dios los bendiga, los proteja, los fortalezca y que los utilice aquí en estos tiempos tan difíciles como sus fuertes guerreros; les doy un abrazo a la distancia pero pleno de cariño fraternal
Que tengan una serena Navidad, un espíritu fortalecido en Dios, un bendecido año 2021, todos ustedes y los suyos
Amén
