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La Semana Santa con María |
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Semana Santa con María
La semana Santa vista desde la persona de la Virgen María.
Virgen María nació en un tiempo y en un lugar muy difícil para la mujer; tiempos en que la tradición judía consistía que la mujer era comprometida al matrimonio a partir de los 12 años; los hombres desde los 18 a los 24 años; las jóvenes doncellas no podían llevar a cabo su matrimonio hasta después de un año; el esposo llevaba a su esposa de casa de sus padres a la de él; a partir de allí comenzaba la vida en común.
La Virgen María estando comprometida o desposada con San José, recibió la visita de San Gabriel Arcángel quien abrió la conversación con esta expresión:
" Alégrate, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las Mujeres y bendito es el fruto de tu Vientre ".
San Gabriel Arcángel anuncia el nacimiento de nuestro Redentor.
La Virgen María; al principio tuvo que experimentar amor pleno, felicidad al conocer tal noticia; es difícil que ella se preguntara como puede ser, cuando ella era toda pureza, inocencia, bondad. Ella había sido elegida entre todas las mujeres para ser la Madre del Hijo de Dios; por otra parte también pudo haber experimentado temor al conocer el futuro de su amado Hijo; el calvario que sufriría; las persecuciones a las que ella, San José y el Niño Jesús padecerían; pero su amor de madre; su corazón virtuoso, su fe, fueron mas grandes que el temor y la Virgen María se llenó de felicidad y amor y así aquella maravillosa jovencita asumió la responsabilidad de ser la Madre de Nuestro Señor Jesucristo; ir conÉl durante su camino; protegerle, darle todo ese amor y el calor de una familia; Dios no se equivoca y eligió a la más bondadosa y a la mejor de todas las mujeres.
La Virgen María le dio la noticia a San José; que para su asombro, decidió no matrimoniarse con ella, y porque la quería, el le explicó que la dejarla en secreto para no ponerla en peligro; sin embargo; San José, hombre virtuoso, generoso, justo, amable, dulce; también era el elegido para ser el Padre de Jesús en la Tierra, así que en un sueño Dios le habla a San José y le revela que la Virgen María es pura; que no tema desposarse con ella; que el bebé que ella espera; es del Espíritu Santo; que ese bebé será el salvador del Mundo; San José se siente mal por no haber creído a la Virgen María; resuelve casarse con ella vivir y compartir la dicha de ser los padres del Niñito Jesús.
La Virgen María, visita a su prima Isabel; el arcángel San Gabriel también le había anunciado que sería madre. Isabel era una mujer mayor; prueba de que para Dios no hay imposibles.
Al llegar la Virgen María; el bebé de Santa Isabel salta de alegría cuando escucha su voz y le reconoce como la Madre de su Señor; la alaba; la Virgen María responde a Santa Isabel con el canto de alabanza que conocemos como el Magnificat.
Cesar Augusto dicta un censo, lo que obliga a San José y a la Santísima Virgen María a emprender un largo viaje; difícil para la Santísima Virgen que esta a punto de dar a luz; tienen que atravesar desde Nazaret en Galilea, hasta Belén en Judea; buscando San José un corazón piadoso que le permitiera a su amada esposa donde tener al bebé; recorrieron varias casas obteniendo sólo negativas de loe habitantes; la Virgen María padeciendo los dolores más intensos; mantenía una fe muy profunda; aun sin entender plenamente el porque de las cosas; así que unas personas les permiten alojarse en un pesebre donde la Virgen María tiene a su bebé; pero la Sagrada Familia no esta sola; acuden los ángeles que cantaban alabanzas al Niñito Jesús; los pastorcitos; los tres Reyes Magos venidos del Oriente quienes se presentan para adorar al Rey de los Judíos que ha nacido; cuando entran en la casa, ven a la Santísima Virgen y al niñito; se postran, le dan las ofrendas que traen consigo y le adoran.
La visita de los Reyes Magos, llama la atención de Herodes quien ordena matar a todos los niños su comarca.
La angustia y el miedo embargan a la Sagrada Familia; Virgen María una vez más tiene que sobreponer la fe y vencer el miedo y la angustia por el peligro que corre el bebé; pero el ángel del Señor le habla a San José en sueños y le pide que se levante que se lleve al niño y a su madre y huyan a Egipto; le dice que se queden allí hasta que el les diga; porque Herodes estará buscando al niñito para matarlo; San José se levanta de noche y emprenden el viaje a Egipto; donde permanecen hasta que Herodes muere.
Cuando mueren los que buscaban la vida del Niñito Jesús, San José, la Virgen María y el Niño Jesús; entran a Israel, pero San José se entera que Arquelao es el nuevo Rey de Judea e hijo de Herodes; por lo que avisado en sueños; deciden irse a Nazaret; una ciudad de Galilea.
Jesús ya es adolescente cuando la Virgen María y San José lo buscan durante 3 días; la Virgen María angustiada lo encuentra en el Templo; ella angustiada y preocupada le pregunta amorosamente: Hijo porque nos haces esto? – Que no ves que tu padre y yo estábamos angustiados buscándote?
Jesús, le respondió: Porque me buscais? Que no sabeís que estoy trabajando en los asuntos de mi Padre?
La respuesta en pregunta que Jesús expresó a la Virgen María ella no pudo comprenderla en ese momento.
La Virgen María siempre estuvo al lado de Jesús; como madre, como educadora, como guía; Jesús mismo la enaltece cuando en público menciona que la bienaventuranza de la Virgen María no es sólo por haber dado a luz al Hijo de Dios, sino porque ella escucha y escuchaba la palabra de Dios, practicarla, creer en Él sin el menor Cuestionamiento sin la menor duda; así como Santa Isabel: “feliz de ti por haber creído”.
La Virgen María vivió las más intensas experiencias al lado de nuestro Señor Jesús desde que Él nació; fue testigo de sus muchísimos milagros desde que era pequeño hasta que fue adulto; vivió situaciones que quizá ella no podía comprender; pero que las guardaba en su corazón para compartirlas con Dios.
Jesús se fue al desierto durante 40 días; para después irse a predicar la palabra de Dios; realiza milagros tan maravillosos hasta que llegó la hora que Él anunciaba; donde la Virgen María no se separó de Jesús; estuvo lo más cerca posible de su amado hijo; padeciendo su corazón y su alma; aun cuando ella sabía desde un principio que eso ocurriría; su corazón de madre, su amor hacia su amado hijo prevaleció en todo momento; así como su bondad, su misericordia.
La Virgen María recibió el cuerpo amado de nuestro Señor Jesucristo; le lloró, lo cubrió de besos; pero también vivió la alegría, la felicidad de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo; La Virgen María es todo un ejemplo de amor, fe, bondad, misericordia; además de ser nuestra abogada.
Rindámonos ante su amor grande y maternal; sigamos su ejemplo de virtud amando a nuestro Señor Jesucristo, sobre todas las cosas, con todo nuestra mente, nuestro corazón y nuestra alma; aumentando nuestra fe sin cuestionarnos el porque de las cosas; abandonándonos en Jesús.
Abramos los brazos y celebremos la resurrección de nuestro Señor Jesús; nuestros pecados murieron en la cruz; nazcamos nosotros también como seres nuevos; seres llenos de amor, piedad, bondadosos y caritativos; fomentemos la empatía con nuestros semejantes para que seamos capaces de amarnos los unos a los otros; sólo así podremos ensalzar y enaltecer el sacrificio que Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen hicieron por nosotros.
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